domingo, 15 de julio de 2018

La camarera 2

Otra vez escribiendo en horario de trabajo.
No puedo evitarlo.
Estaba cerrando afuera las mesas y las sillas.
Desde la mesa número siete, que da a la ventana, los tres hombres me miraban.
Yo esperaba que salieran a ayudarme.
Más no lo hicieron.
Cuando terminé de cerrar miré la luna.
Me derrumbé en la vereda.
Sentada con las dos piernas estiradas, recostada la espalda contra la pared.
Observé la intensidad del cielo en la noche y la luna casi llena imponente en el azul increíble y profundo.
Agradecí una vez.
Sintiéndome realizada, relajada.
Plena.
Con una leve sensación de cosquilleo en mi entrepierna.
Como si mi vagina se hubiera desperezado.

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