domingo, 29 de julio de 2018

Carta 2

Puede que digas algo 
y de oportuna manera ser escuchado.

De alguna manera ese deseo 
se vuelve algo que esperabas fuese tuyo.

Es la situación que ensambla.

Y nuestras lenguas se frotan 
y el corazón se alborota.

Es esta situación que tirada al azar, 
como una moneda, te rescata; 
de una suerte de imprevistos.

¿Qué más puede pasar?
Sacarle la tapa a la realidad.
Las emociones nunca se aquietan.

Calma.
El silencio es lo único que aquieta las propuestas 
que le hace mi mente al alma.

Y tu resaca.
Sos la rama de las palabras 
por las que te vas.
Ramas de un árbol que se calla 
al llegar al paladar de mi tímpano. 
Que degusta y asimila. 
Pero no deja de filtrar.

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