Quizás apunté muy alto sin querer caer. Quizás quería sentir la perfección, que podía tenerte. Que ilusa. Quizás trepe a las nubes y ahí me quedé, solo para estar cerca del sol, por una vez sentir la calidez hasta quemarme. Siempre fui de extremos, frío de soledad y calor de soledad intensa. No puedo evitar esta tristeza por ser tan cobarde, digo, por ir detrás de algo imposible. Por no ver lo bueno de lo simple que estaba frente a mis ojos. Por mentirme creyendo que podía tenerte. Y por sentir algo tan irreal. Pero se que se puede seguir igual. Esta cobardía continua a mi lado, ya no puedo decirle que se vaya. Prefiero ser cobarde y creer en lo imposible. A resignarme a una realidad que ya no es mía.