¿Para qué indagar?
Inquirir.
¿En qué?
¿Por qué?
LO QUE PRESIENTO, QUERRÍA NO HACERLO. PREFERIRÍA QUE SE AHOGUEN ESAS DUDAS.
O certezas. Pero para saberlo debería preguntarte con nombre y apellido. Y no voy a hacerlo. Me niego.
Esta vida que requiere ser vivida me pide que siga. Sin mirar atrás. Solo revivo o invento un pasado dónde abrazo a la pequeñita y hermosa niña que fui. Para abrazarla, arrullarla. Ver sus ojitos chispeantes de amor y de dulzura, y llorar conteniéndola. Como nadie lo hizo y como merecía.
Y ahora con lágrimas en los ojos me vuelvo a preguntar:
¿Inquirir?
¿Para qué?
¿Por qué?
Nunca más.
Todavía estoy.
¿Quién sabe?
Por cuánto tiempo más…
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