Otra vez vos.
Tanto quise la casualidad. Que quiso lo casual. Y fue causal el río que nos unió.
Otra vez.
Vos.
Y un misterio que ya resolvimos pareciera tener secretos nuevos.
Pero este juego de espías no es real.
Solo vernos. Y todo eso que sucede internamente. Muchas palabras untadas en deseo. Y silencio.
Miradas. Cercanía. Solo eso. Uno al lado del otro. Y ganas de pegarnos. Untarnos los pensamientos en la piel.
Decirnos cosas al oído. Sentirnos las manos transpiradas de agarrarse fuerte.
Nos imaginé volviendo en taxi. Tocándonos. Cada uno a su casa luego. Pero dejando el placer en un viaje compartido al barrio.
¿Che compartimos el taxi?
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