Resuelvo misterios sin precedencia.
Algo que está solo en mi mente y solamente.
Una preocupación que me ocupa.
El recipiente se amolda, las formas son filosas y pinchan.
Hay tierra para esconder la cabeza, pero no hay ganas de hacerlo.
Hastiada, suspiro.
¿Recuperaré hoy la espiritualidad?
¿O me redimiré de ella por el resto del día?
¿Será acaso?
¿Será un mejor y copioso momento alegre el venidero?
¿O las fruslerías de tu andar adolescente por el derrotero, consecuente y frágil, me harán renunciar al devenir?
Inextricable, me quiero saltear los pasos, siempre.
Siempre.
¿Cómo vivir entonces?
¿QUIÉN SABE?
Quizás vos más que yo.
Un león, un buey, mariposas, bichos carroñeros, tu mirada, intento en vano, resistir tu sonrisa, me come.
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