domingo, 28 de febrero de 2016

Duda

Es la época de las profesiones.
Por ejemplo, un chef me critica la forma en que cociné algo. 
¿Quién carajo te pidió opinión?
Ah, cierto, hay que ser sociable. 
Que ser sociable que soy.
Lo soy, no es mentira.
Pero no lo era. 
Y quizás nunca lo sea.

lunes, 15 de febrero de 2016

Confesión de vida

¿No te cansa tener esa sensación de querer pedir perdón todo el tiempo?¿ sin haber sido vos el que se equivoco? Y sin tener que pedir perdón, sin la necesidad de pedir disculpas por absolutamente nada, ahí estas vos disculpándote por todo, excusándote por todo, cayendo en un estado victimario que atrae un drama sospechoso. 
Me cansa sí. Me aburre. No me distingo entre los seres humanos porque no hay seres humanos. En este mundo solo hay gloria o pena. Paraíso o miseria. El punto medio es para unos pocos que realmente se contentan. Unos pocos que logran la familia unida real. La gloria real por supuesto, el telegrama más esperado: “Querido dios: somos felices con lo que tenemos, lo ganamos con duro sacrificio, pero hoy construimos una base sólida para nuestros hijos que por cierto nos admiran y aman incondicionalmente”
Eso no me pasó a mí. Crecí viendo llorar a mi mamá. Viéndola desangrarse. Viéndola disculparse por todo y queriendo satisfacer a todos a su alrededor. Olvidándose por completo de sí misma. 
Crecí sintiendo que me faltaba todo. Lo material y lo invisible a los ojos. Un vacío de pesadilla cada noche antes de dormir. 
Crecí llorando el llanto de mi madre. 
Crecí tratando de hacer todo por verla reír aunque sea unos minutos. 
Crecí con una pena inconmensurable. 
Cuando necesite que me abracen antes de dormir, nada. 
Cuando necesité que me expliquen del dolor del alma, nada.
Luego estaba la escuela, tan diversa, compañeros ricos que iban a Disney, compañeros pobres que vivían en la villa más cercana, y yo en el medio, viendo que nada bueno me llegaba pero tampoco era tan malo. 
Llegaba del colegio y me ponía a ver la tele. Y así me desconectaba, conectando el televisor. Comiendo galletitas y tomando chocolatada. ¿Tarea? No me preguntaban si tenía tarea. Mañana improvisaría algo para zafar la tarea. O la hacía hasta donde entendía, después tiraba la toalla.  
El colegio del estado fue mi segundo hogar. Los maestros me querían y apreciaban mucho. Para mis compañeras siempre había una nueva mejor amiga, de seguro que yo entraba en la lista más aclamada. Buenas chicas. Pero yo escondía mis manos, me parecían demasiado grandes y rojas. Yo me copiaba, porque era demasiado vaga para aprender, además, no sabía aprender. 
Me iba bien en lengua, me gustaba escribir. Luego hacía unos buenos resúmenes. Pero lo más genial eran los recreos. Eran mini películas donde todo podía pasar. Tantas miradas y chicos corriendo siendo libres. Alguna pelea se desataba y después terminabas siendo la última galletita del jarro. Y todos se ponían en tu contra, estaba de moda. Y después cuando se les pasaba, todo volvía a la normalidad. Pero yo me iba quebrando un poco por dentro.
Hace un par de noches atrás una persona “exitosa” me dijo que me amaba demasiado a mí misma.
Ja.
Me dijo que era linda, que, ¿qué podía saber yo?
Nunca me sentí linda, sabía que era medio payasa, pero no linda.
Muchas veces se deduce que a la chica linda le va bien solo por ser linda. Mi madre es la mujer más hermosa que yo jamás haya visto y sufrió un mar de sangre. 
Yo no me considero feliz. Pensé ser capaz. Pero en un mundo donde te condenan por ser linda, te condenan a fracasar. Nadie te dice que brilles, solo quieren verte caer. Esperan verte tropezar y aprovechar el empujoncito para que caigas al abismo.
Otra vez esta cuestión. Una especie de enojo-enfado-reproche-descarado hacia  la sociedad que es rebaño. ¿Qué todos quieren a este?¡ Hay que quererlo! ¿Qué todos odian a este otro?¡Ah, pero si es un cretino!
Y si a los seis años yo escuchaba unos boleros, escribía en mi diario y soñaba con ser cantante y actriz.
Crecí viendo a mi mamá sufrir. Nadie me dijo como debería ser cuando creciera responsable y adulta. No aprendí nada. Solo evité la realidad, soñando que todo se arreglaría. Que el amor de un hombre un día todo lo repararía. Pero un corazón roto no sabe amar. No se deja amar. Y se enfría sin poder sentir algo real nunca.
¿Cómo podría creer en este mundo? que a algunos les da todo y a otros nada.
¿Cómo podría ser feliz en un mundo tan frágil y corrupto? que te ofrece una mano para luego dudar si podes confiar en esa mano o no.
Por más manos que se ofrecen, hay una pena que no me deja vivir en paz.
No sé si alguna vez te pasó. Estoy segura que no soy la única.
Lo cierto es que cuando río todo pasa. 
Lo cierto es que si me pongo a contar números encuentro una porción de paz. 
Lo cierto es que a veces sueño que soy más feliz que los pájaros. 
A veces, solo a veces, las personas me hacen querer seguir adelante. 
En un mundo donde no hay seres humanos, aparecen seres humanos y me sorprenden! Me dan una mano sincera, sin necesitar saber de mis penas, sin necesitar escuchar el dolor que albergo. Solo me tienden una mano de alegría, desinteresada, solo porque les agrado. Y yo a esa gente le devuelvo una sonrisa sincera aunque adentro estoy agonizando una tristeza que se volvió incontrolable. Aunque adentro sepa que algo se quebró, gracias a esas personas que me hacen querer seguir. Algunos son familia, otros son familia amigos. Otros son desconocidos, pero valen mucho ya que en un día malo que un desconocido te tienda una mano hace la diferencia.





lunes, 8 de febrero de 2016

Espejo

Entiendo que solo soy un ser humano, pero te veo sufriendo tu poder y me dan ganas de decirte que dejes de escapar de vos mismo.
No es algo malo la ambición, pero que abarque algo más que lo monetario. 
Una vez deseé la ambición de poder y se que de nada sirve si no viene de la mano de un sentido de misión y alegría por vivir en el planeta. 
Solo veo como alejas a los demás.
Te veo reclamar todo el tiempo algo de lo que careces. 
Y si no hay paz, de nada sirve.
Esta bien, lo confieso, me contento con existir, porque creo entender de que se trata todo esto. 
Venimos a aprender, solo eso.
Una vez que entendiste porque estas acá, donde estas parado, dejas de mirar tu ombligo un rato y vivís.
Es una lucha constante hasta que te das cuenta que es tu brazo izquierdo forcejeando con tu brazo derecho, que vos mismo impedís el avance. 
Deja a un costado los prejuicios. 
Hace las paces con vos mismo y la paz en si llega. 
Pues todo funciona en espejo.

Los mil defectos

Sé todo eso que callas.
Se las cosas que evitas.
Lo que crees que nadie ve.
Queda en evidencia en mi presencia.
Si de intención hablamos, podrías empezar con tu ejemplo. 
¡Con una lupa estoy viendo tus defectos!
No te juzgo pero es algo intenso. 
¡Para cada ocasión tenes tu texto! 
Si vivís en automático, no te entiendo.
Afuera hay niebla pero a vos te veo bien claro.
No temo soy valiente pero me da vértigo.
Estoy viva.
Es todo lo que se. 
No hay rutina que no pueda deshacer.
Se que puedo, al menos lo intento. 
Si no puedo dormir me desvelo pensando en ese amor que quiero. 
Se lo que deseo ¡como la libertad un preso!
Podes estar ciego un tiempo, pero la venda aprieta los ojos. Hay que dejarla caer llegado el momento.
Me propuse creer aún habiendo perdido el aliento.
Los mil defectos ¡déjalos ser!
Si de intención hablamos, somos espejo de cada "verdad" que predicamos. 
¿Y por casa cómo andamos?
No te juzgo eso es en vano.
Hoy escribo y digo lo que tantas veces callo.

No se quien lee

Hay una turbulencia que callo. 
Igual se siente.
No necesita palabras. 
Entonces todo tiembla...

Hay un sin fin de críticas que prefiero no escuchar.

Prefiero esta vez, mirar el vaso medio lleno, que para hablar mal están todos apuntados con un boletín sobresaliente de abanderados y puntuales en primera fila.

Hoy quizás fue el sol brillando detrás de una nube grande que me dio esperanza. Pero la humanidad tiene mucho ego y del malo. 


Si, a veces siento envidia o cosas peores, no me sorprende que las personas sean así. 
Pero hay una decadencia antigua. 

No se quien lee. 
Pero escribo para no llorar, que nada soluciona.
Igual el mundo gira y las generaciones padecen la gran noche de embriaguez para olvidar. 
Pero otra vez, no hay que olvidar más de la cuenta.

Obligarme

Voy a tener que obligarme y volver a reír. Aunque se insinúe una lágrima en el vidrio del ojo.
Obligarme a sacar el chip viejo que ya no va.
Hoy voy a obligarme a sentir paz en mi reloj.
Voy a obligarme a desear cada momento y lo próximo venidero que satisfaga mi ambición.
Obligarme a no pensar.
Soy un corazón limpio.
Soy un alma contenta.

Ilusorio


Eres tan ilusorio como las nubes que desforman el cielo azul.


Voces

Hay un botón perdido en algún lugar.
Los ricos no terminan de ser ricos nunca.
No encuentro el cargador y no anda el ventilador.

El bebé esta llorando y no tengo paciencia para calmarlo.
Soy feliz igual.

Hoy salió el sol.
¡Pero déjame en paz! 
Le digo a la voz que en mi mente habla. 
Al fin se calla.

Siempre una cosa que criticar genera en las mentes de las gentes hostilidad.

Sube y baja la bolsa y el dolar.
En la esquina le roban a una señora .

Los chicos se miran desconocidos.
La profe te obliga a tener amigos.

Anoche callé las voces en mi cabeza.  
¡Dejen de hacer ruido!  
¡Déjenme en paz! 
Les dije.

Quiero que todo me dé felicidad.

Las voces callaron.
Pude dormir tranquila.