sábado, 24 de enero de 2015

Escuela número 8

Enloquecí; me estabilice.
Te vi; para no saberte nunca.

Nadie sabe las penas de nadie; vos menos.
Yo bastante menos.
Pero el mar es largo, y alcanza.

Cortocircuito; neuronas.
Razones; se apropian.

Tengo sueño en la eternidad; y una almohada no me alcanza para soñarte.
Señora Nostalgia; asombra.

Y una sombra dulce juega en el patio de la Escuela N°8.

viernes, 16 de enero de 2015

En sueños 2

En sueños

me visita

acelera mis latidos

sus ojos me dicen

que me quiere cerca

por ahora

despierto a un nuevo día

sola.

sábado, 10 de enero de 2015

El espíritu perdura

Por no caer en lo cursi
mejor no hice nada
mejor dicho me paralicé.

Por no ceder a lo obvio
analicé de más
de menos.

Las horas y los días
luego
los meses y los años pasaron.

Gusto amargo a soledad
que no sacó un chicle de menta
antes de besarte.

Erróneo quizás 
aquello que un día
pensé acertado. 

Sabio el tiempo
silencioso
de contemplar.

Inmaduro
llevarse el mundo
por delante.

Las cosas materiales
van a seguir acá
cuando ya no esté.

Playa

Las gentes caminan la playa,

las nubes dibujan la playa con huellas de gotas.

Los turistas llegan a la playa y encuentran paraíso.

Todo es presente,

todo es calma después de la tormenta.

domingo, 4 de enero de 2015

Dichoso aquel que no huye de si mismo

¿Te cuidas?

¿Te queres?

¿Te exploras?

¡Con valentía!

Deja de huir.


Pensamiento contemporáneo 3

No seas iluso, no creas tanto en pavadas.
La estupidez no se va con los años.

Desvelada, leyendo al lobo de la estepa

De a momentos surge un existencialismo agridulce...

¿A dónde irán a parar todos esos mensajes borrados?

Si no hay tiempo mejor lo invento.

Hay circunstancias, las hay.

Si no hubo magia, ya habrá.

Trato de no cruzar las piernas, trato de no pensar mal.

Solo resta un supuesto camino individual, pero el camino es de todos.

¿A dónde irán a parar tantos millones?

Nada más ni nada menos que a la soledad.

Disfruta tu isla paradisíaca, irresponsable del mundo, mientras puedas.

sábado, 3 de enero de 2015

Desvanecimiento

Sabiendo cuanto calor hacía
no importaba la niebla
no importaba si se distinguía el horizonte
o si la gente todavía dormía. 
El calor te ponía de buen humor.

Pero ahora es demasiado.

Las palmeras reían con las cosquillas de la brisa matutina
y las aves perdidas del vuelo plural, se divertían en una danza solitaria.

Hoy lo recuerdo en un "mañana".

Los transeúntes obligados de rutina salían a caminar su deporte.
El gran ventanal dejaba contemplarlos. Y el diario hacía su entrega habitual.

Solo querer que todo sea como antes.