No existe locura extrema si se intenta hacer algo genuino.
Algo que tu esencia te pide.
No es locura definitiva si haces todo para impedirlo y se desborda. Realmente no es locura si de eso se trata, si es tu propio ser el que te delata. Y en consecuencia el destino trama una picara situación que se desvincula de toda razón y experiencia contada.
Es el afán de querer conseguir lo que tú locura, tú excusa de salvarte, te pida.
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