Un ladrón se llevó mis domingos.
Recuperar los martes...ese es mi objetivo.
Pero aún es lunes. Y desperté con ganas de cumplir con la promesa del amor propio.
Hice yoga. Desayuné en paz. Leí. Pasé el trapo y saqué el polvo escondido.
Quizás así saque también el polvo escondido en mí.
Un ladrón me hizo odiar los miércoles.
Miércoles. te odio.
Los demás días son un vaivén. Una montaña rusa de emociones.
Una locura y una sensatez. El punto medio realmente dura segundos.
Segundos que añoro. Miércoles todavía no llegas. Ilusamente creo tener el control.
Un ladrón que me engañó con su silencio.
Un ladrón de mi corazón.
Un ladrón, mi corazón, los martes y domingos, algún miércoles, un pedacito de mis viernes y sábados, lunes y jueves creo que también.
Miércoles te odio.
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