Hoy más que nada abrazo la idea magnífica de que todo lo grande comienza con algo pequeño. Las relaciones, los objetivos, el día a día. Todo se mueve continuamente. Pero eso socava una magia auténtica y es: saber dar el primer paso y luego el que le sigue y así. Seguir. Siempre. Sin dar tantas explicaciones. Sabiéndome mi compañera, mi confidente y amiga. Explorar quién soy.
Mi felicidad depende de mí.
Lo sé.
Ahora lo sé.
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