Deja rodar, lágrima deslizándose está sobre tus mejillas doradas de luz. Déjala rodar, déjala danzar. Se nutre de la libertad en la que se haya envuelta sin pedir permiso brota,
se adueña de todas las horas, las absorbe gota a gota hasta caer dormida y deja el llanto.
Escapar por esa sensible lágrima que se dejó abrigar de quien la contempla rodar, danzar, libre.
Danza la lágrima que fluye desde el alma.