sábado, 30 de noviembre de 2024

Que ganas

Me despediste y ni siquiera tenía el trabajo.

Las conclusiones que saqué me las quedé abajo del brazo y por más que intenté todo fue a parar al un bote de basura con título únicamente de fracaso.

Pero dicen que de los errores se aprende y yo solo aprendí a doler.

Quizás esta vez sea diferente.

Quizás esta vez aprenda a quererme como se debe.

Como corresponde: quererme.

No ser agente de nadie, y menos del de abajo.

Deseándole el bien a los humanos.

Porque aprendí de una vez que lo de mandar luz es soltar el enojo y desear el bien para poder volver a mí sin resentimientos y sin hacer de cuenta que, ni seguir juegos ajenos que no se sus reglas ni entretenimiento.

Nada de eso.

Absolutamente nada.

Solo el bien.

Solo el bien mi amor.

Solo el bien mamá.

Papá.

Hermanos y hermanas.

Amigos y amigas.

Gente que crucé una vez.

Aquellos que veo a diario y saben que soy simple.

Que ganas de ser simple y feliz.

Que ganas de tener un amor.

Un gran amor.

Además de ese que siento por Dios.

Por el arte.

Por mi misma.

Que ganas.

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